Este es un libro que sigue a la serie de libros infantiles y juveniles "Judy Moody" de la autora Megan McDonald.
Al estudiar el medio ambiente, Judy Moody se entera de la destrucción de los bosques tropicales y de que hay especies en peligro de extinción, por no hablar de lo mal que recicla su familia la basura. Lo mejor de todo es que, según el Sr. Todd, está en sus manos hacer algo por el planeta.
¡Judy Moody inicia la cruzada ecologista!
Como siempre, Judy lleva las cosas hasta el extremo... Comienza el Proyecto Lápiz, pero ¿cómo terminará?
Megan McDonald es autora de la popular serie de Judy Moody y Stink. Ha escrito muchos otros libros para niños, entre ellos la serie de cuentos de Hormiga y Abeja, la serie Club de Hermanas y varios álbumes ilustrados. Antes de dedicarse a tiempo completo a la escritura, Megan McDonald trabajó como bibliotecaria, librera y actriz de recreaciones históricas. Vive en el Norte de California con su esposo, Richard Haynes, que también es escritor.
Me había llamado mucho la atención este libro, la portada me gustó mucho, era la típica portada que busco leer en libros infantiles me recordó mucho a la historia de el diario de nikki y el diario de greg, son libros que te sientes conectado de inmediato, aunque no soy una niña de 12 o 13 años, me sentí identificada con la protagonista, es decir, es una niña de 12 años que empieza a tomar conciencia sobre el cuidado del medio ambiente. Toma la iniciativa de cambiar, mejorar y reciclar, se vuelve una niña ecologista. Sus padres y sus hermanos no parecen estar de acuerdo con todo lo que ella quiere hacer, pero bueno... no es que siempre puedas contar con la ayuda de tu familia jaja.
No obstante, me encantó su forma de iniciar, es como un todo o nada, todo empezó desde que vio un anuncio de las "curitas locas" sobre mandar un dibujo para ser la nueva imagen de las curitas (un producto para niños) el niño o niña que haga el dibujo más cool será el elegido para representar la nueva imagen de las curitas locas, así que Judy y su hermano Stink, mandan sus dibujos al correo para llegar a su destinatario y con la esperanza de recibir buenas noticias o quizás no tan buenas, mientras tanto, en la escuela el profesor de su aula el Sr. Todd, lleva de excursión a todos sus alumnos al museo y les encarga una tarea que tienen que realizar para salvar el medio ambiente y es conocer a las especies que se encuentran en peligro de extinción, y por alguna extraña razón a Judy le dan un escarbajo súper raro, digo el más raro del mundo, porque yo ni supe que era o si existía, en la que tenía que investigar cuál era su hábitat y de donde provenía. Después de terminar con su investigación Judy comienza su brigada ecologista, y lo primero que hace es dejar en libertad al sapo de su hermano menor. Y allí es cuando las aventuras locas de Judy para salvar al planeta comienzan... chan chan....
Como siempre, Judy lleva las cosas hasta el extremo... Comienza el Proyecto Lápiz, pero ¿cómo terminará?
Me reí mucho, la protagonista de esta historia te hace reír con sus locuras e ideas, te digo que hasta se subió a un árbol como la niña de la película donde permaneció varios días allí para evitar que lo cortaran. Es una niña muy inocente, muy tranquila, aunque algo extremista. Pero tiene la esencia de las películas para niños de Norteamérica. Casi pensé que estaba leyendo el libro de la película el diario de greg, porque los diálogos son muy para niños y norteamericanos, si tu hijo le gusto esa película o es amante de los libros como esos te lo recomiendo no te vas a arrepentir, te sentirás identificado con el personaje principal, tu hijo conectará con este libro, de la misma manera que me pasó a mí.
Además, el libro es súper barato y cortito, no pasa de 200 páginas y lo terminara en un día y medio. Y tiene ilustraciones que acompañan cada dialogo y cada página.
Si tienes niños de 7 años o más, Judy Moody resultará una lectura divertida y entretenida, tiene muchas ilustraciones y tiene su final, quizás sea como el diario de greg para coleccionar y comprar más libros para seguirle el ritmo. Yo no tuve problema para agarrarle el hilo a la historia, es como un cuento y otro cuento con la misma protagonista.
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