RESEÑA Libro La fuerza transformadora de los sentimientos negativos Ediciones Obelisco Nirvana Libros
La envidia, la soberbia, la ira, la avaricia, la lujuria, la gula y la pereza son actitudes que tratamos de evitar en la medida de lo posible. Los Padres del Desierto las consideraban un peligro para los seres humanos. Más tarde pasaron a constituir los llamados siete pecados capitales, un concepto que, aunque nos suene trasnochado, o poco convincente, sigue siendo muy actual. El psicoanalista Bernd Deininger y el padre Anselm Grün (monje de la abadía de Münsterschwarzach) consideran que los siete pecados capitales son pasiones que tratan de dominar a los seres humanos, pero también que encierran una enorme fuerza, capaz de transformar los sentimientos negativos que suelen asociárseles en energía vital positiva. Sin embargo, esto sólo se consigue si nos familiarizamos con las pasiones y nos exponemos a ellas para aprender a manejarlas. Partiendo de su vasta experiencia en el ámbito terapéutico y espiritual, los autores muestran vías espirituales y psicológicas para controlar estos peligros fundamentales.
EDITORIAL: EDICIONES OBELISCO
DISTRIBUIDO POR NIRVANA LIBROS MÉXICO.
PASTA BLANDA.
EDAD 12 AÑOS Y MÁS.
Anselm Grün, es monje en la abadía de Münsterschwarzach y el autor espiritual más conocido en Alemania. Por encima de las confesiones, es para muchas personas un consejero y un compañero espiritual. Es autor del libro De la felicidad en las pequeñas cosas, de Editorial Kairós; Bernd Deininger, nacido en 1946, dirige la Clínica de Psicoterapia y Medicina Psicosomática en el Hospital Martha-Maria de Núremberg. Sus pasiones son la medicina y la teología, que también ha estudiado.
OPINIÓN PERSONAL:
Tenía muchísimas ganas de subir esta reseña pero por contratiempos, no tenía oportunidad de terminarla, estaba en el Word inconclusa, hasta hoy que pude terminarla. Este es un libro que trata sobre los siete pecados capitales, como lo ha clasificado la iglesia Católica. Aunque no es un libro cristiano, ni de religión, se toca mucho el tema de Dios y Jesús, de algunos pasajes bíblicos e historia antigua, así que si te gustan los libros con historia y un mensaje consciente este libro es para ti.
Según, la teología católica, un pecado capital o mortal es un pecado consciente, absolutamente voluntario y grave frente a Dios. Pero lo que se entendía por los siete pecados capitales desde la edad Media son peligros para la vida humana. Y como peligros para una vida lograda siguen siendo modernos. Nada ha cambiado. Existen en nosotros, pero es de nosotros ser conscientes de lo que hacemos y no dejarnos llevar.
Sin embargo, a medida que lees el libro, te hacen ver que podéis utilizarlos para tener energía positiva, en vez de ser todo negativo. Podéis usarlos, para hacerte fuerte contra estos males que acechan.
El libro también nos muestra el enfoque psicológico o psicoanalista. Bernd Deininger, dice que el psicoanalista se tropieza a menudo con estos pecados capitales como deformaciones del ser de las personas y como expresión de la falta de madurez humana. Pero no juzga los pecados, solo describe cómo ponen en peligro nuestro ser como humanos y cómo pueden enfermarnos.
En sí, es un libro bastante útil. Se lo recomendaría para una persona con enfoque analítico, psicológico, o aquellos están interesados en la biblia o la historia, ensayo e investigación. Se hace mención a muchas citas bibliografías de libros que hoy en día se leen y están en nuestra historia.
Se describe en cada capítulo un pecado capital con los puntos de vista de cada autor, psicológico o espiritual, la ira, la lujuria, la gula, la pereza, la envidia, la soberbia y la avaricia.
La avidez constituye en cierto modo la base de muchas pasiones y pulsiones que se manifiestan en la vida humana. Que si nos gusta comer y beber bien, que si aspiramos a tener riqueza, poder y prestigio, que si ansiamos que nos quieran y nos deseen. El afán de poseer, que se concreta en forma de avaricia o codicia.
¿Qué significa esto? El ser humano desea algo, siente avidez por ello, lo necesita. Necesitamos apropiarnos de algo para sentirnos llenos, de lo contrario estamos vacíos.
La avaricia se representa a menudo en el arte con la figura de un demonio que vierte monedas de oro en la boca de una persona. El avaro, por tanto, ha de tragar monedas de oro, que de seguro no le gustan.
La lujuria
Sexualidad y pecado, particularmente en el cristianismo, forman, desde el punto de vista histórico, una unidad inseparable. Cuando Adán comió el fruto del árbol prohibido, se dio cuenta que estaba desnudo y de que la desnudez le provocaba un sentimiento de vergüenza, ya que sus órganos sexuales estaban a la vista de todos. Para evitar la vergüenza se los tapó, igual que Eva, con una hoja de higuera.
Sigmund Frued señaló que la sexualidad, como parte del proceso vital, ya está presente al comienzo de nuestra vida. Cuando más natural y sobrentendida se considere la sexualidad, tanto más podrá desarrollarse con normalidad y naturalidad.
Gula
La comida y la sexualidad son las cosas que asocian al ser humano con el mundo animal y le muestran a todas luces su vinculación con la naturaleza. La comida entendida como ingestión de alimentos es indispensable para la existencia de un organismo, sin ella no sería posible la vida.
Pereza
La persona que de por sí es perezosa muestra desinterés por la vida. Evita los conflictos y le falta impulso para hacer alguna cosa. La pereza como síntoma patológico se adscribe sustancialmente a la depresión. En la época temprana del cristianismo, el concepto de pereza se entendía como una relajación del alma, y por tanto, era condenable, ya que san Pablo señala a la Primera Carta a los Tesalónicos 4,9-12 que no hay que ser inactivos. En aquel entonces todavía no se hacía distinción entre pereza y ociosidad o el hecho de entregarse al ocio.
La personalidad en forma de pereza y se manifiesta en forma de insomnio, falta de apetito, trastornos digestivos y malestar en todo el cuerpo. A veces, estos síntomas físicos se adelantan mucho a una depresión propiamente dicha con síntomas psíquicos y por eso a menudo no se detectan.
Envidia
Dentro de otra tradición psicoanalítica, la psicología del yo, la envidia se considera una actitud compleja que forma parte del desarrollo normal. En vez de un impulso primario, en ella se ve la envidia como una fuerza motivadora secundaria que contiene, sí, aspectos positivos que tienen sentido en el proceso de desarrollo del niño. Destaca en particular la asociación de narcisismo y autoestima. Para poder desarrollar el sentimiento de envidia, el individuo ha de tener la capacidad de distinguir entre el yo y el otro, cosa que los niños no pueden hacer hasta haber cumplido más o menos un año y medio de edad. En los trastornos psicoanalíticos, la envidia suele aparecen tan sólo, en la mayoría de los casos, cuando el paciente percibe su dependencia de otra persona buena, como por ejemplo el terapeuta.
La Soberbia
El orgullo se representa también a menudo en forma de vanidad. En muchos casos se trata de la falta de respeto a una instancia superior o también de la cuestión de que el ser humano pretende convertirse a sí mismo en Dios. Quien está orgulloso puede perfectamente cuidarse a sí mismo, confiar en sí mismo y andar por la vida con total seguridad.
La ira, la palabra ira o violencia, viene del latín violentia derivada del vis, fuerza, y olentia, abundancia, y por tanto significa, la calidad de quién actúa con mucha fuerza. Sigmund Freud, ocupó intensamente el concepto de agresividad y la calificó en su escrito Más allá del principio del placer, de expresión de la pulsión de muerte, es decir, de una pulsión que forma parte de la dotación primaria del ser humano, y para Freud, constituía una fuerza destructiva, que guarda relación con el odio, masoquismo, autodestrucción y hostilidad.
Este es un libro que te gustará mucho, desde dos lados distintos; el lado psicoanalítico y desde el lado espiritual. Ambos puntos se complementan. La descripción de los pecados capitales, se asemejan mutuamente, y para eludir estos peligros de nuestra vida, es tratar de comprenderlos y convertirlos hacia el lado positivo.
Quien tenga valor de enfrentar la propia verdad experimentará la verdadera libertad. Experimentará lo que dijo Jesucristo a los apóstoles. La verdad os hará libres. Jn, 8, 32.
Estos peligros son actuales y afectan a toda persona y la sociedad.
A veces, la vía puramente espiritual también puede ser una manera de eludir la verdad interior: el sujeto en cuestión no quiere afrontar su propia verdad.
Este libro quiere que nos confrontemos con uno mismo y con la propia verdad, de los peligros que nos acechan a todos y que cada quien ha de enfrentar. Y es precisamente que este libro fue creado, para que puedas comprender con ejemplos y explicaciones en el plano psicológico y espiritual. Por lo tanto, nos regala esperanza para nuestro proceso curativo y nos libera de nuestro pensamiento negativo, para convertirlo en una fuerza positiva. Es decir, nuestros males que nos aquejan, nos dan fuerza y nos fortalecen.
¡Ánimo, que podemos contra ello!
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